En el artículo «Breve teoría de la emoción», Jorge Wagensberg hace un interesante repaso por objetos cotidianos que percibimos por la combinación de varios sentidos. Entre los que combinan dos sentidos, el humo es un objeto olfatovisual mientras que la seda es una experiencia tactovisual. Tres sentidos hacen falta para el disfrute audiotactovisual del papel de regalo, para la sensación tactoaudiogustativa del hojaldre o la audiolfativavisual cuando estamos junto a una hoguera. Que aúnen cuatro sentidos ya son menos, como la miel, la brisa marina o un peluche, y solo una combinación (aquí a Wagensberg lo delatan sus orígenes) que reúna los cinco sentidos: un buen cava.
Si queréis descubrir en qué combinación de sentidos se han inspirado nuestras y nuestros polivulgadores, aquí os dejamos con la recopilación de relatos de este mes. Solo os resta paladearlos a discreción.
La culpa la tuvo una alcachofa (microrrelato), de Sonia Fernández
La lámpara de la señorita Leavitt (microrrelato), de Isabel del Río
Lo mejor del mercado (microrrelato), de Miguel Ángel Martín
Troglodita (microrrelato), de Cristina Sopena
Ciència i poesia dels sentits (microrrelato en catalán y castellano), de Salut Vila
El vacío no está tan vacío (hilo de Twitter), de José Antonio Bustelo
¿Por qué vemos lo que vemos? (microrrelato), de Antares
¿Podemos oler el calor? (microrrelato), de Sonia Fernández
Los otros sentidos (microrrelato), de Emilio Molina
El sentido de los sentidos (minihilo de Twitter), de Iraide Ibarretxe-Antuñano