El 19 de agosto de 1887 un piloto novato de 53 años iba a tener su bautismo de aire a bordo de un enorme globo de hidrógeno. A pesar de no tener experiencia alguna en el vuelo de aeróstatos, insistió en realizar la ascensión en solitario a pesar de poner en serio peligro su vida. Pero el vuelo de Dimitri Mendeléiev salió bien. Elevó el globo hasta los 11.500 pies (unos 3.500 m) y allí, tras la barrera de nubes y como un Ícaro en versión siberiana, realizó observaciones del eclipse solar que tuvo lugar ese día y descendió a tierra sin percances. Esta fue la expedición a los cielos que realizó el padre de la tabla periódica.
Las expediciones científicas conforman una mezcla heterogénea entre aventura y riesgo, junto al deseo de conocimiento y sus aplicaciones. Podemos considerar las terrestres como la Real Expedición de la Vacuna, o la misión geodésica francesa, o el periplo de Charles Darwin a bordo del Beagle, aunque las más emocionantes en nuestros tiempos sean las que surcan los océanos interplanetarios, como las naves Apolo, las sondas Voyager o Cassini, o la incipiente singladura de la sonda solar Parker.
Amigas y amigos polivulgadores, os proponemos como tema de escritura inspiraros en cualquier expedición con propósito científico, haya discurrido por tierra, mar, aire o el espacio exterior. Para ello, debéis publicar el 15 de septiembre un tuit con el enlace a vuestro texto, el hashtag #PVexpediciones y mención a @hypatiacafe. Os recordamos los tipos de textos admitidos, y os rogamos que tengáis en cuenta las reglas para el conteo de sílabas en poesía si os decantáis por escribir scikus.
Comienza la aventura y sois los elegidos. ¿Elegiréis la pastilla roja o la azul?